Foro de Amor > Foros de Temas de Amor > Mi ex-novio, Mi ex-novia
 
 
 
Prev Mensaje Previo   Próximo Mensaje Next
Antiguo 29-Aug-2011  
RatoncitoAnónimo
Guest
 
Mensajes: n/a
Hola a todos,

ante todo, felicitaros por este gran foro, lentillo con las activaciones cuando uno se registra, pero por lo demás "cojonúo". Pero no me extiendo en un peloteo que seguro no necesitáis y os cuento mi historia, a ver qué opináis:

Hace algo más de nueve años conocí a un ser maravilloso del que me enamoré perdidamente desde el primer instante. Aquello fue casi de película casi como si nos hubiéramos estado esperando toda la vida y, por fin, nos hubiéramos vuelto a encontrar.

Pasamos dos años maravillosos juntos, con algún que otro bachecillo, claro está, pero sin ningún episodio verdaderamente amargo. No me cabía ninguna duda de que había encontrado a “la mujer de mi vida” y que o pasaba el resto de mi existencia con ella o no lo pasaría con nadie. Pese a tener las cosas tan claras, desgraciadamente, había algo que me aterraba y que poco a poco me hizo no volcarme en nuestra relación todo lo que me hubiera gustado: éramos demasiado jóvenes, especialmente ella (cuando empezamos aún no había cumplido los 18) y ser consciente de que cuando se es tan joven aún le quedan a uno muchas cosas por vivir “en solitario” me produjo un pánico atroz y un total convencimiento de que antes o después me dejaría. Tantas veces se lo repetí, tantas, que al final se hizo cierto: no hubo una traición, no hubo una discusión, no hubo celos, ninguno intentó controlar al otro, no había ningún problema grave, el sexo era maravilloso, no faltaba el amor… No, no había nada de eso, simplemente ambos “teníamos que vivir” y acordamos que no era nuestro momento.

Después de aquello, ella se fue por su lado y yo por el mío. Durante un tiempo, el más inmediato a la ruptura, estuve tentado a “luchar”, pero, ¿cómo oponerte al deseo de “vivir” de alguien? No, no podía: necesitaba(mos) vivir experiencias en solitario y eso implicaba que tenía que ser sin el otro, así que me rehice como pude (me despendolé, lo admito) y seguí mi camino. Al año, me marché al extranjero por cuestiones de trabajo y al poco me enteré de que en unos meses lo haría ella también, con una beca Erasmus al mismo país, aunque a distinta ciudad. La tentación, como podréis imaginar, era grande, muy grande: la tenía tan cerquita… Pero no consideraba que hubiera pasado el tiempo suficiente o estaba demasiado centrado en potenciar mi carrera o llevaba una vida un tanto libertina que, para qué negarlo, me gustaba y me enseñaba mucho, o las tres cosas juntas o yo qué sé… pero la cuestión es que, para bien o para mal, dejé marchar aquella oportunidad y no hice nada por retomar el contacto.

Desde entonces, nada supe de ella ni ella de mí. En los siete años que pasaron desde que lo dejamos, hablamos unos pocos minutos un día que ambos coincidimos en nuestra ciudad y nada más. Aunque seguía convencido de que ella era mi ELLA, no hice nada por acercarme y ella tampoco. Seguí con mi vida, con mis amoríos, con mi trabajo… y supongo que ella hizo lo mismo.
Yo volví a España y me enfrasqué en una aventura que, tal y como está el país, me trajo de cabeza hasta que hace no mucho recibí el premio a tanta dedicación. Sin embargo, mientras me deleitaba con el fruto de todas esas horas, días, meses y años de trabajo en el balcón de mi casa, sin saber cómo ni por qué, ella vino a mente. Os aseguro que no había ninguna razón: no vi una foto, nadie me habló de ella, no tenía cerca nada que me la pudiera recordar… Nada: simplemente su recuerdo volvió claro y nítido como el día en que decidimos dejarlo.
En ese momento todas nuestras vivencias recorrieron mi mente y se me hizo tan cierto como entonces que ella es la mujer de mi vida, con una gran diferencia: ahora sí es el momento.
Han pasado siete años, no sé de ella más que la región en la que vive, a dos mil kilómetros de mí; no sé si tiene pareja o no la tiene (sí sé que no se ha casado, que ya es un comienzo); no sé si ha engordado 200 kilos o incluso si se ha cambiado o no de sexo. No sé nada, pero me da exactamente lo mismo (bueno, lo del cambio de sexo quizá un poco menos…). Siempre he pensado que el amor es uno solo y que no se puede amar a más de una persona en la vida; puedes querer mucho, sí, como yo he querido a mujeres maravillosas y que me han hecho muy muy feliz; puedes incluso adorar, pero AMAR (así, con mayúsculas), sólo se puede AMAR una vez y en mi caso no tengo ninguna duda de que es a ella.

¿Cómo? ¿Cuándo? No lo sé. No sé si vengo aquí precisamente para pediros ayuda sobre cómos y porqués, o si simplemente quiero que alguien ajeno a toda la historia me diga: “chaval, tú eres gilipollas, disfruta de la vida cojonuda que tienes y no te metas en fregaos”. La elección sobre qué opinar os la dejo a vosotros.
 
 

Temas Similares
¿La leucemia tiene cura? Se cura con quimioterapia? El tiempo cura qué heridas? Pues va a ser que el tiempo no lo cura todo... El tiempo lo cura todo??? ¿El tiempo lo cura todo?


La franja horaria es GMT +1. Ahora son las 05:25.
Patrocinado por amorik.com