Hola gentes, hace tiempo que no abro hilo, y quería poner sobre la palestra un tema al que le doy vueltas últimamente.
La cosa es que hace como un mes que he empezado a salir con una chica. No es nada serio todavía, y de hecho nos hemos visto pocas veces porque ella vive lejos, aunque nos mensajeamos como adolescentes
La cosa va bien de momento, es una chica muy lista, simpática, conversadora, y parece que nos entendemos bien, y que está tan en contra de las discusiones inútiles como yo. Hay dos cosas que me gustan especialmente de ella:
-Es muy risueña. Se ríe con la mayoría de mis gracietas. Tanto es así que me anima a soltar más y más. Cuando estoy con ella me siento más gracioso que con nadie (incluso estoy pensando seriamente en retomar las actuaciones de monólogos cómicos con todo el material que me sale con ella).Yo también me río obviamente, pero lo de ella es bestial.
-Es muy apasionada sexualmente, y me hace saber mucho que la pongo muy cachonda, tanto con palabras como con actos. Me hace sentir muy atractivo, y cuando le mando cualquier imagen mía tengo casi la constancia de que me llamará "guapo".
Ahí va mi duda:
¿Os parece normal que lo que más disfrute de ella sean los momentos en que me hace sentir bien conmigo mismo? Sin duda está bien en cierta medida, pero... ¿Me estaré dejando llevar demasiado por el ego?
Como imaginaréis, no puedo dejar de preocuparme por la posibilidad de que me esté dando coba en exceso, como hace mucha gente al principio de las relaciones, y me pregunto si me estaré acostumbrando a un nivel de "coba" insostenible, y preguntándome como llevaré la relación cuando este se vea inevitablemente reducida.
A su vez intento corresponderle y decirle las cosas que me gustan de ella... pero me da la sensación de que a ella le sale mucho más natural decirlo que a mí.
¿Vosotros cual diríais que es el nivel sano de ego en una relación? ¿Hasta qué punto le dais importancia a que vuestra pareja os haga sentir atractivos o adulen vuestras virtudes?
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