Esto es una pequena parte extraída de un libro de Walter Riso:
Es el lado feliz del despecho, la pérdida que merece festejarse. Quién lo iba decir: hay veces en que el desamor del otro nos quita el peso de la incertidumbre: ¡ya no tendrás que deshojar margaritas! ¡Se acabaron las indagaciones y las pesquisas existenciales! Hay dudas dolorosas que la certeza calma. Una paciente me comentaba: «Ya no estaba segura de si él me quería y durante meses traté de descifrar sus sentimientos...¡Cuánto sufrí...! Pasaba de la ilusión a la desilusión en un instante... Y es curioso, cuando me dijo que quería separarse, sentí alivio». ¿Cómo no sentirlo? ¿Cómo no reconocer que el sufrimiento de ver las cosas como son, crudamente, conlleva algo de bienestar?: «¡Ya sé a qué atenerme!».
Muy interesante, a veces las rupturas no son tan malas.
|