De cómo España salió de la CRISIS

AlanBreck

Corría erl año 2015 y el Pp volvió a ganar la elecciones. Cuando las ganaron a finales de 2011 algunos agoreros del desastre decían que no iban a cambiar nada, que la situación seguiría empeorando y que la nación lo iba a pasar realmente mal... y no se equivocaron.
2012, 2013 y 2014 fueron años muy duros. El desempleo era insostenible, los desahucios se multiplicaron y en el exterior la presión de los mercados financieros no cesaba. pero el gobierno fue valiente.
Las personas que estaban al mando no se amedrentaron y se pusieron manos a la obra nada más ocuparon los puestos directivos. El objetivo estaba claro: solucionar el problema y los medios, aunque no estaban del todo claros sí estaban pergeñados.
La primera medida fue destruir el gravoso Estado del Bienestar. España se había llenado de vagos y funcionarios, de gente subsidiada y el sistema sanitario y educativo gratuitos eran insostenibles. Había que corregir eso y la única vía era la privatización prevoia subasta a nuevas corporaciones del sector educativo y sanitario de las instalaciones del ruinoso sistema público. El personal funcionario en algunos casos mantuvo su puesto de trabajo y, en otros, pasaron a engrosar las listas del paro.
El siguiente paso que había que dar era adelgazar la Administración y para ello se suprimieron muchos de los 8160 Ayuntamientos agrupándolos en corporaciones mayores, suprimiendo las Diputaciones provinciales reduciendo a la ínfima expresión las Comunidades Autónomas. Éstas medidas al principio no le gustaron a casi nadie, pero el tiempo nos hizo ver lo acertado de tales medidas.
Luego tocaba adaptar las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado a las nuevas circunstancias. Nuestro Ejército era mediocre, escaso y deficientemente equipado para una guerra moderna. La verdad era que no servía más que para desfilar, cosntruir escuelas en no se sabe dónde del Tercer Mundo y para repartir chocolatinas a niños hambrientos, además de morir en absurdos accidentes y como conejos en tiroteos que a nadie importaban en el país, pobres muchachos. El valiente gobierno decidió que había que acabar con eso y aumentó el presupuesto militar y decidió rentabilizar los efectivos alquilándolos como tropas mercenarias. Un negocio redondo. La policía también empezó a cobrar por cada servicio al que acudía, de manera que cada denuncia debía pagarse, se resolviese o no.
Un tercer paso fue amoldar la realidad demográfica del país a la situación económica y el mercado laboral.
Los economistas al servicio del estado avisaron que éramos demasiados, que el tejido productivo estaba saturado de una mano de obra ineficaz y cara, de modo que sería conveniente liberar de bocas hambrientas el territorio para aligerar la presión demográfica. Era cierto: una minoría con trabajo producía el P.I.B. de España y el resto de la gente, apartada de la covertura sanitaria universal y gratuita y sin educación, poco a poco fue tratando de buscarse la vida con subempleos que no les daba para subsistir. pronto las beneficiosas repercusiones d las medidas tomadas redujeron la población dependiente primero y luego a los débiles y enfermos a la mínima expresión.
En 2015 el Pp volvió a ganar las elecciones, ahora habían tenido derecho al voto sólo los hombres mayores de 21 años y con ingresos, es decir, con trabajo o rentas y las mujeres de las familias más ilustres y pudientes. En 2014 el parlamento decidió adelgazar el censo electoral para hacer el sistema más rápido y eficaz y para que las elecciones se hiciesen en serio y de manera responsable, sólo los más capacitados para decidir serían los electores. Un acierto más.
En el exterior, los mercados habían saludado las acertadísimas medidas de nuestros gobernantes rebajando nuestra prima de riesgo, de manera que poco a poco la situación económica fue mejorando, pero aún había mucho que hacer.
En su segunda legislatura consecutiva, el gobierno decidió profundizar en las medidas de correción de la población, para hacer a los españoles más competitivos. Se aprobó con abrumadora mayoriá en el Parlamento una Ley de Corrección de Uniones, que permitía, previa reforma de la Constitución, eliminar a los competidores en la búsqueda de pareja.
Los biólogos habían redactado un informe recogiendo algunas observaciones muy interesantes que se podían adaptar a los seres humanos. Así, se aprobó que no fuese delito que un hombre matase a otro hombre para quedarse con su mujer, legalizándose el infanticidio para eliminar la prole del difunto. así se conseguía que sólo los más fuertes, atractivos y sanos se reprodujesen y que los linajes más aptos proliferasen.
Se multiplicaron los asesinatos de hombres defectuosos y de niños inútiles y tarados. las mujeres al principio no aceptaron la situación, algunas se rebelaron, pero la Ley es la Ley y hay que acatar la norma. Total, ellas salían ganando y pronto lo apreciaron y lo valoraron, llegando algunas incluso al asesinato de los menos aptos, de sus propios hijos, cuando se percataban que habían sido madres de un sujeto no apto. Estas valientes eran premiadas con una provisión doble de alimentos durante tres años y combustible para su medio de transporte durante seis meses. la reducción del número de hombres aminoró la presión en el mercado laboral y las cuentas del Estado por fin cuadraron.
Fue una década difícil, con medidas muy duras, pero era necesario. Hoy somos un país saneado en todos los órdenes.

Viva España.