Hasta el último hombre película con muy distinta lección que la de arriba.
Dirigida por Mel Gibson cuenta la historia real de Desmond Doss, que se alistó en el ejercito en la segunda guerra mundial a pesar de ser objetor de conciencia y no querer tocar un arma.
Rodada con unos magníficos primeros planos y mucha cámara lenta nos muestra el verdadero color de la guerra, el rojo sangre. Te da la sensación de que estás en primera línea de la batalla.
A pesar de su larga duración no se hace pesada pero no es apta para estómagos sensibles.