Tass, lamentablemente, ha habido muchos casos de ese tipo, los sigue habiendo y los habrá. Es lo que tiene el anonimato de la pantalla.
Recuerdo un caso, cuando internet era novedad y sólo tenían internet en casa los más privilegiados económicamente, con lo que la mayoría de la gente tenía que ir a bares llamado "cibercafés", donde tenían ordenadores disponibles para chatear, que un individuo de veintitantos se ilusionó porque había contactado con una "rubia de 18 años" de su ciudad. Cuando quedaron para conocerse, resulto que ni era rubia, ni tenía 18 años y lo peor es que se trataba de un hombre. No le partió la cabeza al susodicho estafador de puro milagro. Demasiado bueno fue. Ahora, seguro que aquí saltarán las típicas de turno que dirán "se lo merecía, por no buscar entre mujeres de su edad".
|