pues a mí me parece bien.
uno es libre de comprarse un libro y leerlo, sacar sus conclusiones o utilizarlo para encender la chimenea.
lo que me incomoda, por así decirlo, es que la iglesia meta las narices en cosas que no le competen y se cambien leyes, libros de textos y demás porque lo diga la santa iglesia.
lo del libro? nadie me obliga a comprarlo, y si me da por leerlo me lo descargaré, porque tampoco me gusta dejar pasta e enriquecer a x sectores
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