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Ayer tarde, a eso de las 9, llamaron a la puerta de mi casa- ¡Era ella! Traía los ojitos rojos de haber llorado y me pidió si podía pasar la noch en casa. Se había peleado con su hermano y no sabía a dónde ir. La invité, por supuesto a pasar y le dije que sí podía dormir en casa. Pasó, me contó un poco de la discusión con su hermano, y yo le acaricié la mejilla y le dije que no se preocupara, que por la mañana vería todo con más claridad. Le aconsejé que se relajara y se diera un baño mientras yo hacía la cena. Le presté uno de mis pijamas y me metí en la cocina a prepar algo ¡Ni os imaginais todo lo que pasaba porr mi cabeza mientras oía el murmullo del agua y la imaginaba en mi ducha! Cenamos, vimos una película que ella misma escogió de entre las que tengo ("Persépolis") y tras charlas un poco le preparé la cama del cuarto de invitados y nos fuimos a dormir. Es un decir, porque no pegué ojo en toda la noche. Por la mañana desayunó y se fue, dándome las gracias con un beso. He pasado un día a la vez maravilloso y tremendo
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Modo Hilado