Los años no perdonan, aún así yo no puedo quejarme mucho.
En mi caso mi rostro y mi cuerpo han envejecido a velocidades diferentes.
Mi rostro si acompaña a mis 4 décadas de edad. Más arrugas, más líneas de expresión, la barba mucho más canosa, y el pelo lo llevo casi rapado porque va quedando cada vez menos, y prefiero llevarlo con dignidad, que con cortinillas y peinados ridículos. Maquinilla al 3 y listo. Tampoco me importa demasiado, y la verdad, a día de hoy, me da completamente igual. Es curioso lo liberador que resulta cuando deja de importante el hecho de gustarlo o no al sexo opuesto.
Sin embargo mi cuerpo, por ahora, se ha quedado en los veintitantos. Supongo que porque llevo muchos años entrenando y nunca lo he dejado. Realmente no lo hago por temas estéticos, sino por tener una mejor vejez y mantenerme sano, aún así he desbloqueado el logro de llegar a los cuarenta marcando abdominales
De todas formas, soy consciente de que en la década que va de los 40 a los 50, y en la que me adentro, se experimenta un bajón y un deterioro importante, mayor que el de los 30 a los 40. Pero bueno, hay que saber envejecer con dignidad.