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Amigos. En vista de que los problemas más comunes en el foro son los derivados de los "amigos con derecho a roce" o más comúnmente denominados como "follamigos", me he permitido hacer un pequeño artículo sintetizando y enumerando las causas por las cuales una relación liberal de ese tipo termina convirtiéndose en un problema de salud mental, y a veces grave.
Todos tenemos constancia de cómo comienza hoy en día una relación de este tipo.
Antes las personas, sobretodo las mujeres, se recataban de tener relaciones sexuales hasta que no conocían bien a la persona en concreto y había una cierta confianza. Hoy en día, bastante de todo eso se ha perdido, y con la premisa y el condicionante de la diversión sin mayor compromiso y consecuencia, muchos se lanzan a la cama como si de un trampolín de piscina olímpica se tratara. Hasta ahí la teoría, todo bien...aparentemente.
Pero sabemos que no todo el mundo tiene las ideas tan claras como un simple "polvo" y hasta luego. Sabemos también que esto debe realizarse entre dos, obvio, y el problema mayor radica en que de estos dos individuos, en porcentaje elevado, siempre hay un ganador y un perdedor; quiero decir, una persona que se deja y otra que es la "suma hacedora" del hecho en sí. Esta persona, la hacedora, suele dominar la situación para que no le afecte sentimentalmente hablando, por ser un simple pasatiempo, o por usar al otro para "quitarse las ganas", por razones de diversa índole.
Sabemos también que el hecho de acostarse juntos y mantener una amistad puede y de hecho está avocado en innumerables ocasiones, a que aparezcan sentimientos de afecto que nada tienen que ver ya con una simple amistad, las personas tenemos corazón, por mucho que algunos traten de esconderlo bajo toneladas de hormigón armado.
Y con ésta amalgama sin determinar de pasión y sentimiento, podemos afirmar que tenemos de ésta forma un vencedor y un vencido. Que de lo que, de otra forma, hubiese podido ser el comienzo de un bonito amor, un bonito idilio, sacamos una lucha arbitraria por querer mantener algo irrisorio, pero que para uno de lo dos se ha convertido en algo importante, y nada más lejos de la realidad.
Uno se alejará sin mirar atrás, dejando al otro en un vacío emocional que no buscaba, pero que se ha encontrado, por disfrutar de unos ratos de placer. Con el agravante de que si había terceras personas de por medio en éste infructuoso juego, también saldrán mal paradas, por un rato de placer.
Por tanto, y vistas las consecuencias, muy frecuentes por cierto, de los "amigos con derecho a roce", pregunto, bien pensado: ¿merece la pena?...
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