Es lo que estaba pensando. Si te toca las narices, dile que se calle. Yo también era de comentarle a mi piba lo frescas que estaban las que iban por la calle. Me pidió que dejase de hacerlo, y dejé de hacerlo. Ella me comentaba lo frescos que estaban los que iban por la calle; a mí eso me da lo mismo; de hecho, me parece una actitud saludable; pero le desaqué el contraste entre nuestras actitudes. Al final decidimos abordar esos comentarios con moderación. No hay que hablar mucho, de verdad, con tres minutos vale.
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